¿Miedo o confianza?.

Escribo esta entrada como mi respuesta personal a una pregunta, casi retórica, de una madre sobre otras maneras de ver la educación.

Afirmaba, de forma casi literal:

«Me parece muy bien estos planteamientos, pero luego, cuando lleguen al instituto, de métodos conservadores, el batacazo será aún mayor».

Esta pregunta retórica, hunde sus raíces en dos formas de ver la vida y no solo la educación.

La vida se puede vivir con miedo. Constantemente preparándonos para un futuro incierto. Todo el esfuerzo que hagamos, estará proyectado al futuro. El tiempo ya no es vida, es un recurso más dentro de unos planes.  Lo principal es evitar «batacazos». Lo malo que hay «batacazos» académicos, laborales, amorosos, vitales, económicos, domésticos… Y muchos imprevisibles.

La frase que resume la educación desde esta perspectiva es:

«Me preparo para»

Pero también se puede vivir con confianza. Viviendo las infinitas oportunidades de aprendizaje que el presente  otorga. Habilidades como escuchar o sentir son incompatibles con el prepararse, puesto que dicha preparación responde a una programación (formal o informal, eso no importa) que nos ciega de las oportunidades que el momento ofrece. . La frase sería:

«Vivo y aprendo de las infinitas posibilidades que el momento me ofrece».

El discurso cambia.

Yo le diría a esa madre  desde esta perspectiva:

No hay «batacazo» que evitar. Lo más seguro es que se lo de, como se dará muchísimos en la vida. Pero confía en que saldrá adelante fortalecido y le servirá para ser más sabio.

No nos podemos preparar para la vida porque ya estamos en ella. Hay que vivirla.

 

 

 

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